continuación 6

Posted on 22:09


… seguí tomando y fumando, imaginándome a Claudia entre mis brazos, haciéndola mía.

Tocaron la puerta y era Norma, la nieta de la señora de la tienda, que al percatarse de la música decidió subir a verme. Me di cuenta de que en sus manos traía unas cervezas, me pregunto si podía pasar, y yo que nunca me he negado a un par de cervezas, le dije que sí. Como antes había mencionado antes, ella solo iba a verme cuando quería alcohol y sexo. Así que cuando entro a mi apartamento, me abrazo y me beso. Destapó dos cervezas, tomamos, me desvistió, se desvistió y lo hicimos. Al terminar, fumamos y ella se vistió y se fue, yo me quede profundamente dormido.

Cuando desperté me di cuenta de que ya había caído la noche, pero no es una noche cualquiera, por que se ven las estrellas, cosa muy rara en la ciudad. Al ver las estrellas, llega a mi apartamento un poco de nostalgia al recordar los días pasados, cuando me pasaba semanas enteras en casa de mi abuela y tiempo después cuando me pasaba las noches viendo las estrellas abrazado de la niña que me gustaba. En fin, esta noche era diferente, al ver tanta gente en la calle, algunos afuera de sus casas tomando aire, otros se dirigen a su casa de regreso de sus trabajos. Me dan ganas de salir, al ver la esquina veo a unos amigos ahí reunidos, así que me pongo mis tenis y salgo. Al llegar, todos se alegran de verme, les pido un cigarro y ellos me invitan a una fiesta.

En la fiesta me reciben con una cerveza y para mi sorpresa muchas de las personas que están ahí presentes las conozco. Un amigo me presenta a un grupo de personas y de inmediato noto a una mujer muy guapa, así que no pierdo tiempo y me acerco a ella. Su nombre es Dulce, platicamos, tomamos y fumamos. Tenemos buena química y reímos mucho, al paso de las horas ya estamos en un cuarto que se llena de nuestra pasión momentánea, esa pasión que sale de una sola vez y salpica todo lo que está a su alrededor, esa pasión en donde no hay ninguna culpa. Al terminar me fumo un cigarro y ella duerme. Salgo del cuarto sin hacer ruido y me despido de los que están en la sala.

Al llegar a la esquina próxima a mi apartamento me encuentro con Claudia, que había salido a fumar, yo un poco borracho solo la observo, ella habla pero yo no la escucho y de repente ella me besa y yo lo único que quiero es tenerla, la invito a mi casa pero ella no acepta y está dispuesta a irse, pero yo le pido que me haga compañía por un rato más, platicamos por unos minuto más, entonces me despido y le hago la promesa de hablarle al día siguiente.

Ya de mañana, me siento muy feliz, y pienso en que si sigo viviendo así, estaré regresando a mi vida pasada. Recuerdo que debo realizar unas llamadas, le hablo a mi amigo para confirmar mi asistencia a lo del fin de semana y también para comentarle que llevaré compañía. Inmediatamente le hablo a Claudia, pero no contesta, así que me asomo a la ventana con la ilusión de encontrarla, pero no es así, y solo comienzo a observar la calle como tantas veces lo he hecho. Después de un tiempo el aburrimiento comienza a aparecer. Salgo a comer acompañado de un cuaderno, que era lo que siempre me acompañaba a donde quiera que fuere, porque no sé si por casualidad, pero siempre cuando salía a comer me llegaba la inspiración y comenzaba a escribir…

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